Hace algunos años atrás, en uno de los inviernos mas lluvioso que tuvimos en mi país, encontramos mi papá y yo a un hombre con su auto atascado en el fango. Su carro que a pesar de no ser tan viejo no lograba salir de aquella terrible situación, en su lugar cada vez que pisaba el acelerador intentando salir se hundía mas en el lodo. Aquel pobre señor al ver aproximarnos en el viejo auto de mi papá, que parecía mas un tanque que un automóvil en realidad, salio a nuestro encuentro y nos pidió ayuda a lo cual accedimos con gusto. Después de varios intentos y quedar empapados hasta los calcetines logramos desatascar aquel desafortunado carro. La alegría era indudable en el rostro de aquel hombre y no paro de agradecernos hasta que se hubo marchado.
Acaso no nos pasa muchas veces tal como a este hombre, que tratando de desatascar nuestras vidas de los problemas no hundimos mas en ellos. es como querer salir de un agujero cavando mas profundo.
En lugar de intentar escapar con nuestras propias fuerzas de nuestras dificultades, salgamos al encuentro de una mano amiga que llegue a nosotros y aun bajo la lluvia nos ayude a salir de ahi.
Dejemos de creernos superhumanos, nunca fuimos hechos para sobrevivir solos. la cuestion es buscar ayuda y dejarnos ayudar.
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